viernes, 18 de abril de 2014

El paro de la burocracia sindical

Hace tiempo ya que no escribía, no por propia voluntad, sino fuerzas mayores. Han pasado muchas cosas en la coyuntura nacional y en el mundo en general. Vuelvo a retomar el hábito de escribir tomando un suceso clave: el paro del 10 de Abril.
El pasado 10 de Abril fue la fecha elegida por la burocracia sindical para hacer un paro nacional. El paro fue convocado por los sindicalistas Hugo Moyano y Luis Barrionuevo (gastronómicos), que contaron con adhesiones de gremios como la pUTA (el paro de transporte fue el que más se sintió)  los pilotos de aviones, CTA-Michelli, también de el "Momo" Benegas y de los siempre serviles: los troskos, entre otros.
 
El paro estaba totalmente dirigido hacía el gobierno nacional ¿y la patronal? bien gracias. 
Si bien podemos coincidir en que cierta parte de las reivindicaciones eran válidas. No podemos de ninguna manera justificar el paro solamente por la visión reivindicativa (como hacen los troskistas), porque estaríamos dejando de lado el plano político de los sucesos. No quiero tampoco recaer en el slogan "No se le hace un paro al gobierno que generó más de 5 millones de puestos de trabajo", porque también me parecería simplista. Pero si se puede decir que el paro fue organizado desde la burocracia sindical, que no fue un paro organizado ni apoyado por la mayoría de los trabajadores, ya que la decisión la tomaron 4 o 5 burócratas en alguna oficina, sin llamar a asamblea para discutir y a votación de los trabajadores. Fue el paro de Barrionuevo que es uno de los que organiza la mesa sindical del massismo y de Hugo Moyano, quien ademas de ser una expresión de la disputa interna del PJ, está midiendo su fuerza para demostrar la capacidad de extorsión que puede llegar a ejercer, para demostrarle a quienes se candidatean al 2015 que es un "buen aliado".
Si el paro fue un éxito o no, no lo podemos saber. En este sentido fue imprescindible la mano que le tendieron los sectores de la "izquierda" a los burócratas, cortando los principales accesos a la capital.
Otro hecho no menor es la lógica que tuvo el paro. Restaurant abierto, restaurant que era amedrentado por una patota que se acercaba al  mostrador no a pedir un cortado sino a decir "el negocio me lo cerras". O el accionar que tuvo la patota de la UTA que conduce el payaso de Fernández que la noche del 9, pasadas las 22hs entraba en las bocas de subte y hacia destrozos para asegurar que no haya posibilidad de ir a trabajar (el gremio que conducen los metrodelegados en su mayoría había decidido en asambleas no adherirse al paro, salvo la linea B que responde al gremialista pelado del PTS).

Y se vino la respuesta: Menos de una semana después del paro, el poder ejecutivo de la nación envía al legislativo un proyecto de ley que se propone combatir la precarización laboral. Está claro, el gobierno marca la agenda diciendole a los sindicalistas que el problema de ahora (a diferencia de antes que la discusión era que no había puestos de empleo) es cómo solucionar la problemática de la precarización laboral. Cristina pone la mirada sobre los trabajadores negreados, que cobran por debajo de la mínima, sin derechos básicos, pegandole a la patronal (cosa que tendría que ser la principal tarea de nuestros gremialistas), mientras que Moyano, Barrionuevo y Michelli, hacen parar a los trabajadores que más ganan, que aunque no sea algo que esté mal, en este escenario político donde los grupos económicos, el sector financiero y el imperialismo están empuñando una embestida contra los gobiernos populares, reflejan quien es quien y qué intereses tienen los diferentes actores.


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