viernes, 13 de junio de 2014

La democracia mutante

Además de ser la expresión de la mayoría de la población, la democracia tiene otra característica fundamental, su carácter dinámico. La democracia fue mutando a través del tiempo, desde los griegos, a los Estados modernos, de ser la voz de hombres, mayores de 18 años que sean ciudadanos, llegó a ir mutando a lo largo de los siglos. Hoy en día en nuestro país nos encontramos con una democracia con más de 30 años de estabilidad (parece un chiste, pero es un gran logro para un país que sufrió reiteradas veces golpes militares). Ademas se a ampliado su esfera de contención, hoy en día la democracia puede ser (opcionalmente) la voz de jóvenes desde los 16 años.
Más allá de los avances lo que me parece interesante reflexionar es el rumbo de nuestra democracia ¿cuál será su rumbo? ¿cuales serán sus mutaciones en los años que vendrán?. Lo que me parece esencial es discutir los mecanismos que se podrían implementar para darle más fuerza a "la democracia" como tal.
Algo que creo fundamental sería poder conseguir que sea más directa, que al vecino le llegue de tal manera que se sienta interpelado por ella. Esto, entiendo que contribuiría para seguir fortaleciendo su legitimidad, a la vez que permite que cada ciudadano se sienta parte de la "vida pública". Hay quienes creen que la democracia es ir a votar cada cuatro años, también hay quienes llaman a no involucrarse en cuestiones políticas, porque no tienen ningún sentido, total, "todos son lo mismo". Para combatir contra estas construcciones de sentido común, de quienes no quieren un sistema democrático (hay que entender que como así hay muchos que valoramos y vemos la necesidad de la democracia como forma de expresión colectiva, hay otros pocos que no, pocos, pero los hay, y suelen ser muy poderosos), tenemos que fortalecer la democracia buscando los mecanismos que fomenten la representación barrial, comunitaria, de cada territorio, para que el vecino se sienta participe de ese "algo colectivo" al que tenemos que darle y llenarlo cada vez más de vida, y llenarlo de vida es llenarlo de participación. 
Muchas veces repetimos que quienes no quieren que la política esté en el centro de la escena son quienes quieren que estemos más dominados, más alienados. Poder lograr cada vez una mayor participación del ciudadano en la vida pública, es una manera muy importante de combatir a esas ideas de que "confrontar es malo". Confrontar no siempre es malo y menos en democracia ¿que otro sentido tendría la democracia si no habría confrontación? ¿habría democracia si no existirían los conflictos?.
Otra de las construcciones del sentido común que hay que desechar, es la que dice que la confrontación es dañina para la democracia. Porque quienes quieren eso no quieren discutir, discutir proyectos políticos, proyectos de leyes, proyectos de país. El conflicto es parte de la democracia, la democracia nace del conflicto, de la capacidad de la mayoría por contener el conflicto dentro de los límites democráticos. 
Una democracia participativa, que contenga la expresiones de asambleas vecinales, donde el estado esté cada vez más cerca de cada habitante de su territorio, es la mejor manera de profundizar la democracia., y de combatir a quienes no quieren que la gente participe de "la cosa pública" y de la "vida política" por conveniencia mezquina.

lunes, 2 de junio de 2014

Latinoamérica del siglo XXI

¿Qué características presenta este proceso geopolítico que vive América Latina desde principios de siglo?.
¿Cómo pasamos de estar al servicio del imperio a constituirnos como países soberanos?.
Pensar la patria grande implica pensar en el bloque histórico que se viene construyendo desde principios de siglo. Los nuevos presidencialismos latinoamericanos que son de tinte nacionales y populares, son el resultado de la crisis económica y social que se vivió a fines del siglo pasado y comienzos de este.
Presidentes como Chávez, Evo, Lula y Kirchner, son referentes de un cambio de época y de roles en la política mundial. Estos presidentes nacen de una necesidad histórica producto de una crisis del sistema, son la respuesta de la sociedad de una época que se estaba suicidando, para dar permiso a una generación que nacional&popular, que construyó poder político en las diferentes estructuras del Estado.
La posición (y el rol) de los países latinoamericanos quedaba sellada en la "Cumbre de Mar del Plata", la del "ALCA al carajo", a partir de ahí se empiezan a fortalecer los vínculos entre países del continente, en posicionamientos compartidos, también se comienzan a constituir nuevas instituciones como CELAC y UNASUR, y se amplían los países miembros del MERCOSUR.
Por otro lado, mientras los presidentes de fin de siglo XX coincidían de infectar nuestras tierras con políticas del "consenso de Washington", los presidentes populares del nuevo siglo coincidirán en criticar esas recetas económicas y contraponerlas impulsando medidas económicas nacionalizadoras y fomentando el crecimiento del mercado interno.
Más allá de la importancia de las medidas concretas que fueron tomadas por los diferentes presidentes nacional&populares, una de las cosas más importantes que se viene dando durante todo estos años es la batalla cultural. Hoy más que nunca se vuelven a creer que para el avance, y el progreso, de nuestros países es indispensable la unión, en un bloque que vaya avanzando hacia un mismo rumbo, el de la inclusión social.
Una de las disputas políticas más intensas de las dieron los diferentes países del bloque, es la que se viene dando contra los medios de comunicación. En el pasado, los medios pasaban desapercibidos, contando su verdad como un dato objetivo, con periodistas "independientes" y proponían una verdad absoluta sin que nadie cuestionara nada. Hoy en día, se discute sobre el objeto de los medios de comunicación, sobre su objetividad y las noticias, no importa del lado que sean, ya no se presentan como una verdad absoluta.
Hoy en día si América Latina quiere seguir en un camino de inclusión y de integración, tiene que seguir buscando las formas y herramientas que permitan seguir dando la batalla cultural, porque más allá de las conquistas, si no existen pueblos verdaderamente consientes de dichas, el peor temor es que algún día, cuando menos lo pensemos, nos las arrebaten.